La siguiente poesía fue premiada en el concurso convocado dentro de los actos de celebración del 25 aniversario del Instituto Nacional de Bachillerato de Saldaña (Palencia) en 1978 y publicada en el “Libro
conmemorativo de las bodas de plata del Instituto de Saldaña”.
Página 201-202.
PALENCIA,
SENTIMIENTO
Tengo un
cantar dormido entre mis labios
y una
pena en el fondo de mi alma,
y una
tierra tengo en el corazón
que tiene
también pena en las entrañas.
Una pena
de ayer que hoy se deshace
en la voz
de su campo fecundado;
un grito
que se transformará en canto
cuando el
trigo su piel haya rasgado.
Mi tierra
en este invierno tiene sed
de
grandes manos llenas de esperanzas,
de arados
fieros que labren su pecho,
y de
semillas ardientes y mansas.
Camina el
sembrador entre los campos
cuando la
tierra aún no ha florecido;
arroja
paso a paso grano a grano
y el sol
ya por el cielo se ha perdido.
Es el
hombre que vive con su tierra,
que hace
senderos a sus bueyes pardos,
que lleva
polvo pegado en su frente
y
cansados los pies por el trabajo.
Cansados
de fatigas y de sueño,
cansados
de humildad y de trabajo,
obreros,
campesinos y mineros,
cansados
de sudar caminan hartos.
A tus
hombres, Palencia, doy la mano,
de tus
llanos y ríos me estremezco,
por tus
montes de roble llego al páramo
con
tomillo y con flores de tu brezo.
Son tus
tierras resecas en verano
de
amarillo rojizo que el Sol quema;
refrescando
el azul sobre tu cuerpo
reposa el
claro cielo en primavera.
Son vivas
tus entrañas, verde el fruto
que de tu
vientre cedes a la vega;
dorados
mares surgen de tus fuentes
de
inagotables granos en la siega.
Es tu
querer lo único que quiero,
Palencia
quiere sueños y semillas;
es tu
sentir lo único que siento,
Palencia,
sentimiento de Castilla.
Nadie
podrá arrancarme de tu lado
porque ya
mis raíces te surcaron;
ya no
podré buscar en otra parte
porque tu
sol mi savia ha transformado.
Quisiera
que mi voz sonara a trueno
y que
como el relámpago surgiera;
quisiera
ser un Dios para nombrarte
y hacer
divino el grito a quien lo oyera.
Yo sólo
soy rocío en la mañana
que
tiembla ante los ojos de la aurora;
yo en la
tormenta soy perdida estrella
prisionera
de lluvia arrasadora.
Pero si
tú quisieras ser mi playa,
yo sería
tu mar acariciante,
surcaría
en mis olas el vacío,
para
envolverte toda y abrazarte.
Tú podrás
ser la tierra que yo pise,
y tú
serás la tierra que yo more,
y sólo tú la tierra que yo bese,
y sólo tú la tierra que yo bese,
tú Palencia,
serás a quien yo adore.
Teresita Rodríguez Martínez
No hay comentarios:
Publicar un comentario