"Crónicas de un pueblo palentino"

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jueves, 26 de junio de 2014

La construcción de la escuela nueva de Villapún

En el programa de fiestas de San Pelayo 2014 la Asociación de Mujeres de Villapún nos recuerda las vicisitudes por las que tuvieron que pasar los vecinos del pueblo hace más de medio siglo para conseguir una nueva escuela.
   
UN DÍA ESPECIAL EN VILLAPÚN
  
En el año 1956 se inauguró la nueva escuela de Villapún. En aquellos años el pueblo estaba lleno de niños y niñas en edad escolar, desde los seis años en que comenzaba el período escolar obligatorio hasta los catorce que se abandonaba para dedicarse a las tareas agrícolas.
La escuela era mixta, niños y niñas y un solo maestro o maestra, en esta ocasión maestra, llamada Elena Santos Vallejo. En la anterior escuela ya no era posible admitir un niño más pues estaba ocupado hasta el último rincón.
La Junta Vecinal de Villapún estaba formada por tres hombres jóvenes y con muchas ganas de trabajar y de mirar por el bien de su pueblo. Se pusieron manos a la obra, hicieron reuniones en la Casa de Concejo con la asistencia de todo el pueblo y se expusieron ideas nuevas para ver la forma de construir una nueva escuela.
Entre todos y con la ayuda de Doña Elena surgió la idea de realizar un viaje a Palencia para pedir ayuda a la institución del Gobierno Civil de la provincia, que recibió a las autoridades del pueblo con toda la amabilidad y expusieron el motivo de su visita y sus proyectos.
Se cuenta una curiosa anécdota de esa reunión. “Hombres de Villapún, son ustedes pobres para pedir, porque cuando se viene aquí hay que pedir mucho, que de dar poco ya nos encargamos nosotros”, les dijo el Gobernador Civil de la provincia.
Lo cierto es que vinieron contentos porque consiguieron una ayuda y les dieron ánimos para seguir pidiendo y conseguir nuevos logros para el pueblo.
Es cierto que el pueblo de Villapún fue el que más colaboración prestó: aportó dinero, huebras para traer el material necesario para la obra; cada día, y por orden riguroso, se nombraba a dos o tres vecinos que con sus carros de vacas tenían que ir a la Tejera de Saldaña a traer ladrillos, arena y cemento; aparte de otros vecinos, también por orden de “vez”, que ayudaban a los albañiles a hacer masa y dar ladrillos, que entonces no había hormigoneras ni montacargas como ahora. Hasta el agua tenía que ser transportada en una carral fija en un carro y la llenaban de agua en las presas de la Ontana o en La Majada.
Si reflexionamos un poco nos daremos cuenta de la utilidad que en aquel tiempo se sacaba de un carro y un par de vacas.
Bueno, lo que está claro es que, poco a poco, ladrillo a ladrillo, la escuela se construyó ¡y bien bonita que quedó!
Llegó el día de la inauguración y vino a Villapún, nada más y nada menos, que el Gobernador Civil de Palencia, D. Víctor Fragoso del Toro, en su coche oficial con banderín y acompañado de su secretario y chófer vestido de uniforme y gorra.
Todos los vecinos del pueblo salimos a recibirles a la entrada del pueblo con aplausos, vítores y volteo de campanas. Los miembros de la Junta Vecinal, con su Presidente en primera fila y el bastón de mando, intercambiaron saludos y bienvenidas.
Todos los niños y niñas, con la banderita española en la mano y formando filas, y el pueblo en general se dirigieron hasta la nueva escuela, donde también ondeaba la bandera española, grande y recién estrenada para la ocasión.
Una vez finalizado el acto oficial de inauguración de la nueva escuela se invitó a las autoridades provinciales a pasar por la vieja escuela, en la que se había preparado un aperitivo que fue servido por estas dos guapísimas mozas que figuran en la foto vestidas de camareras. Fue un día inolvidable porque todo resultó entrañable: productos caseros confeccionados en el pueblo y de postre pasteles de crema también elaborados por una vecina del pueblo.
Estas vivencias estaban en el olvido, pero gracias a Elvira, que conserva la foto, hemos podido recordar aquel día, sin duda uno de los más importantes de la historia de Villapún y ello nos hace recordar, con nostalgia, nuestra infancia y nuestra juventud. Cuando salíamos al recreo y, delante de la escuela, los chicos daban patadas al balón o jugaban a la peonza, la “piuca”, y las chicas al castro o a la comba entre otros juegos, sencillos pero divertidos.
Esta escuela de la que hemos hablado se conserva en buen estado y actualmente se utiliza como Teleclub.
   
Asociación de Mujeres de Villapún